miércoles, 22 de junio de 2011

Tengo tanto que aportar...

"Único.
1. Solo en su especie. Ejemplo: `En mi colección hay relojes de pieza única´
2. Extraordinario. Fuera de lo normal. Ejemplo: `Un espectáculo único´". Word Reference

 Aurora estudió Traducción e Interpretación en Soria. Ella, sureña de nacimiento, se había cansado de las típicas expresiones andaluzas que sus padres, amigos y abuelos tanto usaban en su vocabulario habitual, para cambiarlas por la seriedad de una ciudad castellana. De la misma manera que le había ocurrido a Tati años antes. Tati era el diminutivo cariñoso por el que Aurora solía llamar a su hermana Tatiana.

 Mientras esperaba a Toño, también intérprete y traductor, en la casa que ambos compartían en Madrid desde hacía un par de meses, repasaba los textos que tenía que traducir del alemán al español para la editorial en la que trabajaba desde hacía apenas medio año, igual que sus dos compañeras de departamento: Lucía y Magdalena. Las tres se habían convertido en los nuevos fichajes de la empresa, por sus conocimientos en el idioma teutón.

 Inglés y francés tuvo que estudiarlos obligatoriamente en la carrera, pero el alemán era su pasión desde que a los 12 años viajó a Berlín, por primera vez, acompañada de sus padres. Allí regresaría nueve años después para cursar 4º de su diplomatura en la Humboldt- Universität zu Berlin, debido a las ya famosas becas Erasmus, que tanto a ella como a Nicolás les concedieron. Nico, como le apodaba Aurora, fue su mejor amigo durante la época de estudiante. La procedencia común de ambos, hizo que las expresiones andaluzas que a ella tanto le cansaban, volvieran a cobrar gracia.

 Ni me llamo Aurora, ni estudié Traducción e Interpretación en Soria. Ni hace seis meses que me contrataron en una empresa, junto a Lucía y Magdalena. Ni siquiera he estado en Berlín.

 Pero sí me harté de mi ciudad. Y también hice una beca Erasmus en la capital de un país que linda con Alemania. A recorrer Europa me marché con un amigo de la carrera, que usa expresiones típicas de mi tierra. Tan cercana a la suya. Además, no llamo a mi hermana por su nombre, sino por un diminutivo cariñoso que me inventé hace algunos años. Inglés y francés los estudié obligatoriamente en el instituto. Pero me enamoré del idioma galo por viajar a París a mis 11 años, junto a todos mis primos, durante la luna de miel de una de mis tías, loca de ella allí nos llevó a todos.

 Y hoy, que busco trabajo acorde a mis estudios y experiencia, me encuentro con que la clonación no sólo funcionó con la oveja Dolly. Anda que no hay Auroras por el mundo. Toda la vida creyéndome que tenía tanto que aportar... Ja. Y un cuerno. 

martes, 7 de junio de 2011

La inocencia de un niño

"(...)Que canten los niños,que alcen la voz,
que hagan al mundo escuchar,
que unan sus voces y lleguen al sol,
en ellos esta la verdad (...)
" José Luis Perales 


A veces me pregunto en qué momento de nuestra vida dejamos de ser niños para convertirnos en personas adultas. Últimamente son varios los ejemplos que me dicen que hay muchos que nunca dejaron de llevar coletas, dientes picados ni un caramelo en el bolsillo (definiendo la infancia tal y como yo la entiendo por mis vivencias, aunque estos tres rasgos no hacen más que generalizar erróneamente esta etapa de la vida) y no porque conserven la pulcra y envidiada inocencia de un niño, sino porque sus actos hacen ver que se quedaron anclados en esa edad, con la consecuente pena que una misma siente al darse cuenta de que ciertas personas no maduran.

Ayer le pregunté a uno de mis primos pequeños que quién era la señora que tenía yo en mi camiseta y, para sorpresa de todos los que en la cocina desayunando nos hallábamos, el niño de 2 años soltó: "la abuelita". Efectivamente, mi abuela Carmen, que murió hace 6 meses, impresa en mi camiseta. ¿Cómo recordará mi primo a mi abuela, a su corta edad? ¿Cómo le habrán explicado su muerte? ¿Cómo hablará él de su abuela a sus amigos del cole y a su profesora, Rosalina? ¿Mi abuelita está en el cielo?