miércoles, 11 de diciembre de 2013

La novia encubierta

"El límite lo pones tu"

A veces son historias las que hacen falta a la vida cotidiana de mucha gente. Historias para adornar su propia historia. Historias de un pasado, da igual si muy lejano; o de un futuro, seguramente más cercano, para que que exista cierta expectación ante la posibilidad de que lo narrado pueda llegar a cumplirse.


Le encantaba contar historias a todos con los que se encontraba: "Voy a una boda y mi vestido es rojo, amarillo, naranja, morado, beige y turquesa, por eso busco los zapatos que me vayan a juego con todos estos colores". "Voy a la boda de mi ex novio y necesito estar más guapa que la misma novia", le contaba a la chica del centro de belleza. "Soy alérgica al eye liner, así que prohibido su uso en cualquiera de los poros que recubren mi piel. Una vez me lo echaron y tuvieron que hacerme una especie de lavado de estómago en los globos oculares". 


"¿En serio?", "¿De verdad?", "¿Qué me dices?"... y ella no podía más que sonreír, tímidamente, y asentir. Sí, eso siempre se le dio muy bien a la primera dama del Reino de las Caretas Sin Goma. 

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Dale una oportunidad

"Creo que la mayoría de la gente se pierde eso de ti. Y yo les observo, preguntándome, cómo pueden verte cada día y no captar que acaban de conocer a la mujer más maravillosa que existe. Y el hecho de que yo sí lo capte, me hace sentir bien... conmigo mismo". Mejor Imposible

No podía dejar de pensar que ese pelo tieso era algo que le hacía más humano. A pesar de sus groserías y de sus malos modos, especialmente con sus subordinados. Esa mirada tan dura, que intimidaba al juntarse con tus ojos, era una máscara a la inseguridad que asomaba por cada uno de sus poros. 

Su taconeo fuerte y continuo, marcado por zapatos de tacón alto, (un escalón por encima de la inferioridad que afloraba en los momentos cumbre); quería irradiar fortaleza a todas las mujeres que suspiraban, enrojecidas de de envidia, a cada uno de sus pasos. 

Una hilera de dientes blancos, perfectamente colocados en su gran boca, era su mejor carta de visita. Pero no tenía ni idea del idioma en el que hablaban aquellas personas, a pesar de que se expresaran en su misma lengua. Solamente la sonrisa era la que parecía saber qué decir a cada momento; por lo que, efectivamente, era incapaz de despegarse de ella.

Si te fijas bien, puedes ver detalles en cada persona que pasa a tu lado. Y no, no me estoy refiriendo a un análisis exhaustivo tipo película Amélie. Pero, tienes que aprender a mirar. ¡Qué curioso! cuando acabó la etapa universitaria, dijiste que jamás estudiarías alguna materia más... sin embargo, no sabías que los aprendizajes más importantes no estaban entre las hojas de apuntes. 

Descubre los calcetines a rallas azules, naranjas y verdes del desconocido que se sienta en el primer asiento del autobús, porque le gusta esa soledad independiente al resto de viajeros, justo al salir de trabajar. 

Fíjate en la risa estruendosa de ese amigo de no hace tantos años, a cualquier comentario que alguien del grupo haga; mientras sus ojos achinados, siempre miran hacia abajo y sus manos van instintivamente a sujetarse el estómago, para exagerar, si cabe, el disfrute del momento. 

Banalidades, lo sé, pero imagina. La forma de teclear de la señora que está a punto de darte el papel que necesitas para solicitar cierta gestión, mientras frunce el entrecejo con esa pequeña arruga, más característica ya que una simple sonrisa en su rostro. 

Observa cómo se toca la nariz un miembro de tu familia, asaltado por el picor del bigote que seguramente se recorta cada mañana.

Observa, descubre, imagina y... ten cuidado, porque tu también eres víctima de ello.



martes, 12 de noviembre de 2013

Leyendas

"La anjana protege a las gentes honradas, a los enamorados y a quienes se extravían en el bosque o en los caminos. Son mujeres de hermoso rostro y atractiva figura. Realizan magias y curaciones milagrosas". Criaturas mitológicas de Cantabria

A pesar de la humedad, olía a verde con cada pisada. Pero no a verde pino, ni verde prado, ni siquiera a cualquier atisbo de verde vegetación; se parecía más a la tonalidad del miedo. Aunque, ahora, pensándolo bien y echando la vista hacia atrás, quizá no fuese temor lo que sentía; quizá lo que le invadía el estómago vacío era la emoción, que amenazaba con salir al exterior  impulsada por esas ganas de gritar de cuando haces algo nuevo.

Solo se oía el viento golpeando las hojas que aún se atrevían a permanecer en los árboles: amarillas, marrones, rojas y naranjas; y la lluvia cayendo en el bosque en las ramas expuestas, casi en pelotas, a todo el que pasara por aquel camino. 


Se apreciaba una infinidad de luz, ante aquel espectáculo desnudo, que le impedía abrir los ojos del todo. Respirando fuerte, con la humedad metida en sus huesos, recordando la presencia del invierno que se aproximaba a cada segundo. Mientras, su garganta daba la bienvenida a bocanadas de aire helado que se habían encontrado con la puerta abierta en los orificios de la nariz. Las mismas que serían culpables de que estas puertas, seguramente, mañana se encontraran taponadas, cuando el frío se hubiese instalado ya del todo en su cuerpo.

Sentía el pelo mojado y algunas gotitas de agua acechando su frente arrugada a causa del exceso de claridad.

Le habían dicho que en aquel bosque existían y su propósito era comprobarlo.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Imprevisibles

"No conozco la clave del éxito, pero sé que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo" (Woody Allen)

Hay veces en las que puedo pasar días y días sin escribir, no porque no lo necesite, pero de repente aparece en mi camino algo más urgentísimo que hacer. Mentira. 

No hay tanta distancia entre nosotros, aunque no lo creáis yo padezco las mismas preocupaciones. Hace meses me visualizaba en los meses siguientes y tenía miedo de no conseguir adecuar mi yo real, el que estaba por venir, a mi yo imaginario. Es como darse cabezazos contra una pared. Y pum. y pum. y pum. Y el último cabezazo te ha dolido tanto que giras la cabeza, mientras te la frotas con la mano, y ves que hay un agujero, al lado de la esquina derecha, para entrar. Y no es que sea solo un agujero, es que es una puerta, con una cerradura curiosamente original de la que, ¡vaya!, tan solo tu tienes la llave.

Odio hablar con condicionales. Sé que están presentes en la sociedad actual y no porque sean necesarios, sino porque hemos determinado que sea así. "Y si", "y si, "y si". Situaciones imaginarias que no tienen por qué darse y en el caso de que se den, los sentimientos y sensaciones que tengas ante ellas serán totalmente distintos que cuando solamente habitaban en tu propia imaginación.

Claro que tengo miedo, todo es una incertidumbre. El amor, la muerte y, dentro de lo programado que pueda estar el momento, también la vida. No sé si es culpa de las religiones, o mejor dicho, de cómo hemos concebido las personas su paso a través de la Historia, pero también los términos "sacrificio", "lucha" o tener muy presente lo que está "mal", conviven a diario con nosotros. Aunque intentemos repetirnos que lo que importan son los pequeños momentos y las personas que queremos, precisamente después de haber visto una bonita película.

¡Qué imprevisibles somos los seres humanos! ¡Qué imprevisible ha sido que yo hoy me ponga a escribir!

*Foto del pescador: Simon Dominic Brewer

martes, 8 de octubre de 2013

Fea, fuerte y formal

"No es esperar a que pase la tormenta, es aprender a bailar bajo la lluvia". Anónimo


Y eso creo que es lo que estoy haciendo en este instante. Me hubiera arrancado las manos, el cerebro, parte de la memoria y sanseacabó. Maldito miedo escénico, hasta sin tener que decir una palabra con los labios tienes que salir. Y lo más curioso es que nadie más se entera, que sales para mí misma. Qué complicado es el cerebro de cada uno y cómo me gusta saberlo.



Me siento llena últimamente y ya no es porque sospeche que mi estómago y vejiga son pequeños y se llenen con facilidad, no. Llena de tantos pensamientos que, a veces, me sorprenden apareciendo en un viaje en el que solo vamos dos y me doy cuenta de que hace 10 minutos que dejé de hablar... 



Llena en una mente que, a veces, me da la impresión de que es más hippy de lo que me hubiese gustado ser a mí en cualquiera de todos mis años y que me lleva, de repente y en frío, a mis 20, 14 y 8. Presumida ella, que intenta, mediante palabras habladas (y, por lo que me estoy dando cuenta, también escritas) transmitir su "sabiduría", cada vez, más madura.


Y se sientan a tu lado las ganas de hacerlo. De simplificar los complicados cerebros que te rodean, quizá para, así, simplificar el tuyo. E intento decirme que no se trata de bailar... se trata de aprender a bailar.





jueves, 22 de agosto de 2013

Sí, somos como todos los demás

"¿Cómo puedes leer esto? ¡No tiene dibujos"! La Bella y la Bestia.

Hace ya tiempo que quería escribir sobre esto. ¿No tenéis la necesidad de pintar vuestras uñas del color de la tira que adorna vuestro jersey de verano?

¿No queréis cortar vuestro pelo, para refrescar una cabeza del caluroso verano al más puro estilo... cualquiera que se os venga a la cabeza? ¡No! No hay metáfora irónica del tipo "no pienses en un elefante", ¿por quién me habéis tomado? ¡Solamente pienso en airear un poco mis ideas con menos longitud de cabello!

¿No os sienta bien el color flúor con el moreno de piscina y, si me pongo más sarcástica, playa de cualquiera de los destinos que se os venga, otra vez, a la cabeza? (ya con el pelo a la altura de los hombros, pero recordemos ¡que es por refrescar!)

¿No os ha gustado practicar Fly Board en la playa de los destinos que antes (NO) se os han venido a la cabeza? ¡Por favor! El footing está tan pasado de moda como la BlackBerry...



¿No habéis colgado una foto de una barbacoa de verano, en el yate de Carolina de Mónaco, en la piscina de vuestro barrio, en un destino paradisíaco (o no) en Instagram, Facebook o WhatsApp...

...mientras os hablaba un amigo (que tendrías que preguntarle que qué te decía), aparecían delfines en el mar (que obviamente no verías), hacía el cambio de turno el/la socorrista cañón (sin que te dieras cuenta) y no serías capaz de disfrutar un atardecer en tu destino paradisíaco, sin que te diera un "jari" por no tener móvil en la mano?

Ya decía yo que no, que todos somos un poquito como la protagonista de La Bella y la Bestia y, la mayoría de las veces, nos gusta ser originales, especiales y únicos... por ejemplo, leyendo cuentos sin dibujos

    

martes, 6 de agosto de 2013

Esto es amor

"La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos". Pablo Neruda

No volviste a ser lo que un día fuiste. Volví con los bolsillos (y las ideas) cargados de recuerdos, maquillados por el tiempo, con aquel famoso dicho de que "cualquier tiempo pasado fue mejor".

No encontré los bares en los que me pasaba las noches, ni siquiera era capaz de orientarme entre sus calles. La cerveza me sabía amarga y nunca la cuenta volvió a sumar más de 50 euros entre muchas personas. Porque no sé dónde os habéis metido, el caso es que ya no estáis.

No me di cuenta de que los árboles florecían y de que las golondrinas volvían a bailar por las noches entre nuestros tejados, se me pasó la primavera, aquella que tanto me gustaba disfrutar, empezando a calzarme las sandalias y olvidándome la chaqueta en casa. Quizá ni siquiera ella estaba esperándome en esta ciudad, el frío hizo que este año pasase desapercibida hasta casi la fecha que marca el comienzo del verano.

Ya no encuentro este calor que me dabas ni esas ganas con las que me arrojabas de un rincón a otro, ansiada de recorrer todas y cada una de las venas que forman tu circulación. No sé dónde se han metido mis guías, aquellos que conseguían engañarme con que sólo serían "un par de horas y para casa".

Has cambiado, madurado, crecido... aunque tu actual alimentación ya no te permita pegar "el estirón" que últimamente venías dando por las esquinas de tu ser, con aquello que conocimos como burbuja inmobiliaria.

A veces nos desentendimos, te odié y te maldije... sin embargo, creo que aún te tengo cariño. 

jueves, 4 de julio de 2013

#Postureo

"El hombre es libre como el pájaro en su jaula". Johann K. Lavater, escritor y filósofo.

¿Qué sería de esas vacaciones en Ibiza si no puedes colgar las fotos en Facebook? ¿de esa piña colada que te estás tomando, si no puedes tuitearla? ¿O de ese magnífico artículo que has escrito, si no puedes publicarlo en LinkedIn y que lo vean los gilipollas de tu antiguo trabajo?

¿Qué pasaría si no pudieras vestirte como tu estrella favorita, que no es sino una cenicienta de ficción? ¿Y de esa foto de 250 cervezas que mandas por WhatsApp al mendrugo que a última decidió no unirse al plan?



¿Qué pasa si no puedes anunciar por Facebook que te has ennoviado, casado, comprometido, divorciado o incluso enviudado de una mofeta pelirroja? ¿Qué pasa con esas frases sentenciadoras que realmente solo tu entiendes y no dan lugar más que a malentendidos entre tus contactos de redes sociales?

¿Qué pasa con esas intenciones envalentonadas a través de un tweet y que nunca llegarán a convertirse en realidad? ¿Qué ocurriría si todo el mundo se diera cuenta de que te sigue gustando la Aldea del Arce? ¿de que tratas a tu tortuga Pepi como si fuera el bebé que algún día querrías tener? ¿de que crees que Papá Noël volverá a  llamar a la puerta esta Navidad? ¿de que compartes noticias, publicadas ya por casi todos tus contactos, para retroalimentarnos colectivamente de lo corrupta que es nuestra sociedad más inmediata? ¿de que no tienes vergüenza de mostrarle al mundo lo tremendamente imbécil que eres?

Queridos niños y niñas, desde el más puro egoísmo social... compartir es vivir, ¿a qué esperan para darle a share (esta palabra inglesa queda muy de postureo cool) a mi post?


lunes, 20 de mayo de 2013

¿Por qué somos del Atleti?


“La gente olvidará lo que dices y lo que haces, pero no olvidará lo que les haces sentir”  Maya Angelou 

“Uno no es del Atleti, uno nace del Atleti”; “Porque ni nos gusta el fútbol ni nos gusta el Atleti”; “Porque la abuela era del Atleti” ; “Pues porque sí, ¡qué preguntas!”… Tantas respuestas a esa pregunta, tantas y tantas, que no me cabrían en este post. No porque haya ido preguntando a cada persona de esta sociedad; sino porque tengo muchos tíos, tanto por parte de padre como de madre y, sí, son todos del Atleti.

Uno es del Real Madrid o del Barcelona si realmente le gusta el fútbol o, mejor dicho, si le gusta tener seguro algo que ganar año tras año. Aunque, el Real Madrid se haya ido con las manos en los bolsillos esta temporada… y, ¡aún así la gente se decepciona! Que si Mourinho, que si no corren, que si la política de Florentino, que si no apuestan con la cantera… Anda que… si los del Atleti tuvieran que buscar excusas cada vez que pierden, no habría equipo.

Unos nos dicen que tuvimos mucha suerte y otros (gente de números, sin pizca de originalidad y cuyos comentarios, por tanto, están cargados de tintes muy realistas) nos recuerdan los 14 años que hemos pasado sin ganar al Madrid.

Pero ahí estamos, como “con nuestras herramientas, dando pelea a los grandes y esto debe ser una referencia para la gente que trabaja y no le salen las cosas. Con trabajo y sacrificio, las oportunidades aparecen". Sí, amigo Cholo, has venido a recordarnos lo que llevamos sabiendo durante más de 100 años y, encima, en el Bernabéu.

jueves, 9 de mayo de 2013

Y si sonríes, ¿cambia algo?


"Son necesarios cuarenta músculos para arrugar una frente, pero sólo quince para sonreír". Swami Sivananda

Una vez en el colegio decidimos hacer un programa de radio. Creo que fue ahí donde supe que quería dedicarme al Periodismo. Esto es más mentira que cualquiera de las verdades universales que se os venga a la mente, ya que el único momento en el que no tartamudeaba por aquel entonces en el colegio eran las clases de teatro.

Por aquellos días ya me encantaba leer. En vez de nacer con un pan debajo del brazo, yo nací con el Quijote… presunciones aparte, mi madre tenía que quitarme hasta el bote de tomate de la comida, ya que era capaz de leerme los ingredientes una y otra vez, sólo por leer algo.  Tenía una agenda amarilla, la mejor que he tenido hasta la época, a pesar de la de cosas que puedo apuntar en mi agenda actual, obsequio de mi querido cuñado y de Mercedes Benz. Sí, espero que al darle click a este post, me den 5 céntimos por publicidad, ya que es la segunda vez que les hago mención en el blog.

A lo que iba. En la maravillosa agenda amarilla había frases para empezar cada día, con una tipología, cuanto menos, atractiva. Recuerdo que me quedé enganchada a la de “un día sin sonrisas es un día perdido”. Así, se lo propuse a mi tutor y profesor de gimnasia, también pintor en sus ratos libres, Don Tomás. Me hizo quedarme de pie con la agendita en la mano durante toda la hora de tutoría que dedicamos a planificar el programa de radio. Mientras mi mejor amiga, apresada por la vergüenza ajena, me miraba susurrante: “¡sientaté!”.

Finalmente, ésa fue la frase elegida para el programa de las narices, en el que no recuerdo nada más que la bonita frase de mi agenda.

Hoy, mi agenda Mercedes Benz reza algo de Einstein: “La posesión de medios de producción maravillosos no ha aportado la libertad, sino la inquietud y el hambre”.  

Es divertido ir por ahí desentonando con todo un mundo cabreado. Por eso, sonríe. Es como lo de estudiar Periodismo tras haber tenido una infancia tartamuda. Y sí, esa primera frase tampoco es mía.

domingo, 7 de abril de 2013

Amélie

"Hay vida más allá de la Olvido Hormigos o el Toni Cantó de turno y, por supuesto, de los Mariano Rajoy o Alfredo Pérez Rubalcaba de siempre. Mucho más allá de Twitter y de Facebook". Corresponsal en la Tierra
Ni se llamaba Amélie ni vivía en París. Tampoco tenía debajo de casa la tienda de frutas y verduras del Señor Collignon. Ni sabía tanto francés ni trabajaba en un café. 

Salía de casa todas las mañanas para despertar al sol, a veces corría, otras andaba y otras, simplemente, sujetaba un paraguas azul y marrón. Volvía al sonar las campanas del monasterio de al lado, en el que, extrañamente, vivían monjas.

Té verde para desayunar, aunque también le gustaba después de las comidas. Pasta, arroz, verduras y mucha fruta. Y también le gustaba mirar las nubes que pasaban por su ventana, aunque a los dos minutos se quedaba ciega de claridad y se olvidaba de ellas.

Tecleaba en el ordenador cada día, recreándose en las letras y palabras que salían de sus dedos, pequeños y delgados. Y, por no ponerse guantes a la hora de fregar, resecos.

No le gustaba socializar con la gente real, pero sí con las personas imaginarias de los libros colocados en la estantería del salón. Cada vez los conocía mejor, sus manías, sus sueños y sus propios miedos. Y lo mejor de todo es que no daban el coñazo por Facebook ni por WhatsApp.

Y tenía la sensación de vivir en el pasado y en el futuro, inexistentes en el presente. Y créanme que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, simplemente me apetecía escribir.


miércoles, 20 de marzo de 2013

Los de Mercedes-Benz me roban las ideas

"La dicha de la vida consiste en tener algo que hacer, algo que esperar y alguien a quien amar". Thomas Chalmers (Ministro Escocés)

Por fin diciembre de 2010. Un mes aquí y me he dado cuenta de todas las cosas que soy. O que he sido. He puesto al día el Hotmail, borrando correos antiguos, que se remontaban incluso a 2004. Y mil recuerdos han venido a mi cabeza.


Un amigo de la Universidad cantándome una canción de un cantautor no tan desconocido como yo creía; mis lagartijas; todos los correos de "Máster Oficial", superados siempre en número y extensión por los que rezaban en el asunto "Máster Lúdico"; los días en un colegio mayor de Madrid; mis entrenadores de voleibol y aquel torneo universitario, en el que el deporte rey fue empinar el codo; un mes de mis 19 años en un pueblecito inglés; algunas líneas de un profesor que solamente rozaban el trato formal...

Y me he dado cuenta de todas esas cosas que ya he sido. Quizá no soy presidente del gobierno, ni madre de ocho hijos, ni me hayan contratado para sustituir a Ana Blanco... pero he sido becaria en ese lugar; he sido mejor Lolita que la que describe Vladimir Nabokov; también me convertí en protagonista de una canción, escrita sólo para mí; y, por supuesto, he tenido épocas, que casualmente coincidían con los primeros calores del verano y los primeros vientos del otoño, en los que sólo me acordaba de mi bendito pueblo burgalés(ya sea por expectativas o por recuerdos, seguramente engrandecidos en el mes de septiembre); también he recordado febreros y junios nerviosos cuyo asunto, simple y sin pizca de originalidad (sustantivo que nunca casó bien con esos meses), decía así: "apuntes"...



Y me ha gustado serlo. 


Ahora comprenderéis lo de Mercedes-Benz

lunes, 11 de marzo de 2013

Las 6 W del Periodismo

"(...) para nadar contracorriente, defender tu dignidad y ética personal. Esa corriente es en ocasiones los dueños de las empresas periodísticas, los publicistas o hasta las propias fuentes". Ryszard Kapuscinski

De hecho, me niego a escribir ni una sola página, que puedan leer otros después de parida, sin haberme leído antes otras 100. Dejadme depender de vosotros, que sois, al fin y al cabo, los que engendraréis el feto. Seguramente, os sentiréis condicionados por él, intentaré no criarlo con maldad, libremente, sin condiciones y cuya visión del mundo, pueda aportar algo a la de vuestro propio mundo.

No os olvidéis de no creeros nada de lo que os cuento, ni de lo que os cuentan por ahí. Os tiene que dar igual que lo firme Miguel Ángel Aguilar, Enric González, o que os lo cuente Lorenzo Milá. No se os ocurra creer nada de lo que dicen los periódicos, por muy País que sea, o el telediario de Antena 3. No, ni las palabras de Jordi Évole tienen por qué ser verídicas. Antes, pensad, estableced un contexto ¿Por qué?... he trabajado en medios en los que las prisas sólo te permitían cambiar el tiempo verbal a los teletipos de turno que iban llegando por e mail. Haciendo referencia a Trillo: "Manda huevos".

Por supuesto que hay que informar al mundo de los desafíos nucleares de Corea del Norte, del conflicto palestino-israelí, de todo lo que acontezca en la que sigue siendo primera potencia mundial en nuestros días. No se te ocurra preguntar si los norcoreanos tienen que llamar la atención así, para que su población coma algo más que hojas de árboles, porque al fin y al cabo ellos solitos se lo han buscado. No me hables de los negritos, de me da igual dónde ("africanos al fin y al cabo, ¿no? pues eso") a la hora de comer, que se me indigesta el salmón. Y, de la manita de Almudena Ariza, nos vamos todos los días al otro lado del charco, para enterarnos de cómo la mujer del primo Obama (más familiarizado contigo que tu primo de Murcia) ha entregado el Oscar a la mejor película, ataviada con un conjunto plateado que resalta su espléndida figura. 

¿Qué queréis ver? ¿A Chávez moribundo? Toma ¿Los papeles del cuaderno de Bárcenas? Toma ¿Una mujer con tres penes? Toma.

Cuándo coño nadaréis contracorriente, dejando atrás ceros en cantidades desorbitadas; prisas; poniendo en duda las fuentes de las que tan orgullosos os valéis; mandando a freír espárragos a publicistas, al jefe, a la empresa que se vanagloria de información actual, veraz y de primerísima calidad. Exageraciones aparte.


viernes, 22 de febrero de 2013

Educación

La educación es el arma más poderosa que existe para cambiar el mundo” Nelson Mandela

Si quieres que le guste el azul, le gustará el azul... aunque le llegue esa etapa de rebeldía y diga que prefiere el negro, cuando se le pase, volverá a las camisetas azules.

Y harás que le guste el chocolate, bueno, creo que eso es algo que a todos les encanta. 

Si quieres que empiece a hacerse la cama a los 7, no te queda más remedio que enseñárselo; igual que si te apetece que hasta los 35 no sepa ni abrocharse los zapatos.

Puede ser que engorde, que chille, que aprenda incluso a ladrar. ¿Qué quieres tu?

Pequeñitos, imitadores en potencia, grandes actores de la obra de su vida que al principio serás el encargado de dirigir. Y no todos os merecéis (ni nos mereceremos) el Oscar... pongamos mejor el Goya, que acaban de celebrarse.

Ellos aprenden de lo que ven, de lo que sienten, de lo que LES dejas experimentar.

Todos sabemos escribir guiones, que a veces hay que tirar a la basura, después de mil y un borrones, para volver a empezar; aunque no ya con la primera palabra, porque a los 5 años habrán vivido otros cuatro antes. Pero en esto no hay nada establecido, sólo que te acuerdes de guardar el detergente bajo llave y de cerrar bien los rotuladores, si no quieres acabar en urgencias o con la casa hecha un Picasso.

Ellos aprenden.

martes, 29 de enero de 2013

Distracciones

¿Eres un elefante encadenado?

Y mirar durante cinco horas capítulos en series yonkis. Quizá sean mejores las trilogías perfectas que enganchan no sólo a freakys. O leer titulares con más de cinco palabras que, en los últimos años, se han convertido al más puro amarillismo desinformativo.

Esas tiendas de la Gran Vía que han puesto de moda pintalabios de más de 25 euros y que se pueden combinar a la perfección con vestidos que no bajan de los 40.

Dame cuatro lados de un cuadrado y pintaré 22 tíos corriendo detrás de un balón de fútbol. O de baloncesto. O de balonmano. Aunque esos dos últimos sean más difíciles de pintar, aún no sé muy bien el porqué.

¿Hay algo más detrás de la ventana del salón?