jueves, 22 de agosto de 2013

Sí, somos como todos los demás

"¿Cómo puedes leer esto? ¡No tiene dibujos"! La Bella y la Bestia.

Hace ya tiempo que quería escribir sobre esto. ¿No tenéis la necesidad de pintar vuestras uñas del color de la tira que adorna vuestro jersey de verano?

¿No queréis cortar vuestro pelo, para refrescar una cabeza del caluroso verano al más puro estilo... cualquiera que se os venga a la cabeza? ¡No! No hay metáfora irónica del tipo "no pienses en un elefante", ¿por quién me habéis tomado? ¡Solamente pienso en airear un poco mis ideas con menos longitud de cabello!

¿No os sienta bien el color flúor con el moreno de piscina y, si me pongo más sarcástica, playa de cualquiera de los destinos que se os venga, otra vez, a la cabeza? (ya con el pelo a la altura de los hombros, pero recordemos ¡que es por refrescar!)

¿No os ha gustado practicar Fly Board en la playa de los destinos que antes (NO) se os han venido a la cabeza? ¡Por favor! El footing está tan pasado de moda como la BlackBerry...



¿No habéis colgado una foto de una barbacoa de verano, en el yate de Carolina de Mónaco, en la piscina de vuestro barrio, en un destino paradisíaco (o no) en Instagram, Facebook o WhatsApp...

...mientras os hablaba un amigo (que tendrías que preguntarle que qué te decía), aparecían delfines en el mar (que obviamente no verías), hacía el cambio de turno el/la socorrista cañón (sin que te dieras cuenta) y no serías capaz de disfrutar un atardecer en tu destino paradisíaco, sin que te diera un "jari" por no tener móvil en la mano?

Ya decía yo que no, que todos somos un poquito como la protagonista de La Bella y la Bestia y, la mayoría de las veces, nos gusta ser originales, especiales y únicos... por ejemplo, leyendo cuentos sin dibujos

    

martes, 6 de agosto de 2013

Esto es amor

"La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos". Pablo Neruda

No volviste a ser lo que un día fuiste. Volví con los bolsillos (y las ideas) cargados de recuerdos, maquillados por el tiempo, con aquel famoso dicho de que "cualquier tiempo pasado fue mejor".

No encontré los bares en los que me pasaba las noches, ni siquiera era capaz de orientarme entre sus calles. La cerveza me sabía amarga y nunca la cuenta volvió a sumar más de 50 euros entre muchas personas. Porque no sé dónde os habéis metido, el caso es que ya no estáis.

No me di cuenta de que los árboles florecían y de que las golondrinas volvían a bailar por las noches entre nuestros tejados, se me pasó la primavera, aquella que tanto me gustaba disfrutar, empezando a calzarme las sandalias y olvidándome la chaqueta en casa. Quizá ni siquiera ella estaba esperándome en esta ciudad, el frío hizo que este año pasase desapercibida hasta casi la fecha que marca el comienzo del verano.

Ya no encuentro este calor que me dabas ni esas ganas con las que me arrojabas de un rincón a otro, ansiada de recorrer todas y cada una de las venas que forman tu circulación. No sé dónde se han metido mis guías, aquellos que conseguían engañarme con que sólo serían "un par de horas y para casa".

Has cambiado, madurado, crecido... aunque tu actual alimentación ya no te permita pegar "el estirón" que últimamente venías dando por las esquinas de tu ser, con aquello que conocimos como burbuja inmobiliaria.

A veces nos desentendimos, te odié y te maldije... sin embargo, creo que aún te tengo cariño.