lunes, 10 de noviembre de 2014

Un poquito de autopromoción

Bueno, quizá no sea el más interesante ni el más novedoso, pero aquí van mis aventuras africanas... pero solo de la parte este del continente, ¿eh? 



La incomprensible sociedad tribal, la adopción como algo más que otra "opción", mi primer contacto con el continente 50 años atrás, la naturaleza ¿natural?, la agotadora a la vez que fructífera subida a los 4.985 metros de altitud del Monte Kenia, las curiosidades de Nairobi, mis prejuicios europeos, las bodas kenianas y la dote en vacas de la novia, viajes por Etiopía, Uganda y, próximamente, Tanzania... y muchas ganas de que os paséis por el blog. 

lunes, 27 de octubre de 2014

En su nube azul

"Ya conozco unos cuantos que son como usted... que me ofrecen veneno cuando tengo sed..." Fito




Bueno, hace ya unos meses(dios mío, desde antes de venirme a vivir a Nairobi), que descubrí un blog. Me enganchó tanto que me imprimí las entradas que me quedaban por leer, para las horas que duró aquel viaje de ida a esta ciudad. La autora, que debió pensar que estoy zumbada, me agradeció entre sorprendida y (yo creo que también) asustada ese gesto.

El caso es que, como ya hice una vez con un blog del que soy seguidora habitual, quiero hacer lo mismo con éste... porque me ha vuelto a enganchar y lo estoy volviendo a disfrutar como si de una novela se tratase.

Os invito (¡cómo si fuera mi casa!, pero es que te hace sentir así) a que echéis un ojo a cómo se vive en su nube azul. Un lugar donde quieren a los perros; donde te desternillas de risa con su ironía y ocurrencias; donde, con el paso del tiempo, han aparecido nuevos habitantes; donde la sinceridad aparece en cada palabra y donde os vais a quedar.

Drew, gracias por ser tan cercana; deberías publicar tus memorias, porque trabajé en una editorial y tus post son mejores que muchos de los libros que me encontré allí. 

lunes, 20 de octubre de 2014

Desencanto

Recuerdo cuando estaba terminando 2º de Bachillerato. Tenía algunas amigas que sabían a qué querían dedicarse el resto de su vida desde antes de cumplir los 18 que nos correspondía ese año y yo, por supuesto, no podía hacer otra cosa que admirarlas. ¡Qué capacidad de decisión! ¡Qué seguridad en sí mismas! Creo que entonces comprendí aquel término de "envidia sana".

Si hay algo que me marcó en mi infancia fue el teatro. Desde que vi actuar a mi mejor amiga en una obra que se llevó todos los premios del certamen en el que entonces participaba mi colegio, decidí apuntarme a teatro. Y seguí haciendo teatro hasta que acabé el colegio, porque, en aquel entonces, no había opción de apuntarse en el instituto y, supongo, que la maldita adolescencia me hizo dejar de preocuparme por el séptimo arte. 

Cuando llegué a 2º de Bachillerato, seguía teniendo un bonito recuerdo por el teatro y, como había que decidir YA qué narices de carrera universitaria estudiar al año siguiente, decidí que quería escribir guiones o, incluso, dirigir obras de teatro o películas de cine. Finalmente, me metí en Periodismo y el gusanillo de informar se me empezó a meter por el cuerpo. Así que no, como ya me pasó en el instituto, yo no sabía que quería ser periodista hasta que no empecé la carrera; no como les ocurrió a muchas de mis compañeras de facultad, que ya se sentían Ana Blanco desde que se ducharon solas por primera vez y la "alcachofa" de la ducha hacía las veces de micrófono.

Y aquí es donde entra en juego el título de este post. Creo que fui de las mejores estudiantes de nuestra época, no por mis buenas notas, sino por las numerosas prácticas laborales que hoy en día figuran en mi CV. Y es que he estado en todas partes: tele, radio, prensa, agencias de noticias y de comunicación. Ojo, esto no quiere decir que no haya muchos CV por ahí bastante parecidos al mío. 

Pero este año la gota que colmó el vaso de mi desencanto hacia esta profesión ha caído hasta rebosarlo. Y vuelvo a sentirme como aquella chica de 18 que estaba algo perdida con respecto a su futuro.

Creo que los profetas que abundan en este mundillo tienen parte de culpa. Aún estoy esperando que Grecia salga de la Unión Europea, el rescate a la economía española, los millones de contagiados por la gripe A (primero) y el ébola (después) en España, que Casillas deje el Real Madrid y una sarta de gilipolleces más que leo y escucho entre cábalas y predicciones que poco tienen que ver con información.

Quizá que a muchos se les llene la boca con la famosa frase de: "yo soy periodista" tampoco ayude. Pero esta frase puede cambiar la última palabra, aplicándosele a cualquier recién licenciado universitario que se crea en el derecho de usarla por el hecho de haberse aprendido artículos, formas y postulados que poco tienen que ver con el ejercicio profesional. Yo, ahora mismo, puedo decir que estudié Periodismo, pero que estoy trabajando como gestora cultural de una embajada... por lo tanto, no soy periodista. Igual que la mayoría de amigos que se licenciaron conmigo. Por tanto, 1+1 creo que siguen siendo 2.

Y que me gusta. Me gusta no tener claras las cosas ni con 18 ni con 28, porque tenemos muchísimas posibilidades a nuestro alcance. No quiero quitar méritos a aquellas amigas que ya sabían cómo iba a transcurrir su vida en los próximos años. 

Pero hoy, bueno, supongo que esto es resultado ya de algunos meses pensándolo... estoy desencantada.

miércoles, 30 de julio de 2014

Esquezofrenia

"(...)que nadie quiere estar solo; que para dar debimos recibir antes; que para que nos den hay que saber pedir; que saber pedir no es regalarse (...)" Mario Benedetti


Y eso es lo que me pasaba. Que no quería estar sola, que no sabía, que me daba miedo, que tenía una venda en los ojos que no me dejaba ver y que me había encargado de atar bien. Y cada vez que se me aflojaba, volvía a atarla con más fuerza. Me estaba quedando ciega, quizá por mi coqueta manía de no ponerme las gafas.


Hasta que di descanso al cerebro, que había tenido funcionando demasiado durante los últimos meses y me permití empezar a sentir con algo que bombeaba en mi pecho. Y le di demasiada responsabilidad a este nuevo encargado de llevar mi vida; aunque, como todo buen novato, cometió errores, (que, evidentemente, repercutieron en mí), pero que le hicieron ganar experiencia. 


Y el cerebro volvió de esas vacaciones más que merecidas. Y se fueron dando tregua el uno al otro. El uno ya no me ordenaba que me atase fuerte la venda que se caía poco a poco de los ojos, porque el otro le convencía de que había que sentir más allá de esa zona de confort que el primero un día creó.

Mirando atrás, sé que tomé la decisión correcta. Aunque quizá tomé la única, ya que el resto de posibilidades no han llegado nunca a existir realmente. Pero eso solo lo sé hoy, reuniendo los hechos en este cuento.

viernes, 27 de junio de 2014

Alejandro

"En el universo hay mundos innumerables y tu ya has conquistado uno". Cita modificada de Alejandro Magno



La parte más interesante de un Máster bautizado por muchos como "inútil". Las pestañas más largas que mejor han sabido mirarme. Mi alma gemela. Guardián de tesoros escondidos tras una cerradura con forma de Picos de Europa. Hipnotizador de los dos sentidos más importantes del ser humano, debido a esas inmejorables narraciones contadas o escritas. Mozo de almacén de atardeceres, que le permiten convertirse en incansable buscador de estrellas; sin darse cuenta, de que la que más brilla le espera siempre al otro lado del espejo.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Kenia progresa

"Es este sentido moral lo único que se me ocurre oponer, como medida de urgencia, a un progreso cifrado en el constante aumento del nivel de vida. (...) Porque si la aventura del progreso, tal y como hasta el día la hemos entendido, ha de traducirse inexorablemente en un aumento de la violencia y la incomunicación; de la autocracia y la desconfianza; de la injusticia y la prostitución de la naturaleza; del sentimiento competitivo y del refinamiento de la tortura; de la explotación del hombre por el hombre y la exaltación del dinero, en ese caso, yo gritaría ahora mismo, con el protagonista de una conocida canción americana: "¡Que paren la Tierra, quiero apearme!". Miguel Delibes: El mundo en la agonía.


Y es que este país está "progresando". Las bombas en las calles de Nairobi y Mombasa indican un progreso del ejército keniano, que actualmente tiene hasta desplegadas tropas en países vecinos...

Está "progresando" en una democracia que otorga el poder a la sociedad (solamente en su definición); actualmente representada por el hijo del que presidiera el país durante... ¡¡14 años!! tras su independencia. (Editado: no se alarmen, esto es de lo más normal, incluso el "progreso" español puede presumir de protagonistas que han estado muchos años en el poder.) 

Está "progresando" con la imparable construcción de edificios altos en la ciudad, destinados a hombres de negocios que vienen a aprovechar las oportunidades del continente; la contaminación que baila entre sus calles con las notas musicales impuestas por los motores de innumerables coches, que se mueven a un ritmo frenético, simulando una urbe al más puro estilo occidental. Entre ellos, mención especial requieren los todoterrenos utilizados por los trabajadores de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.


Está "progresando" con un mayor entendimiento entre los habitantes de las tradicionales tribus que han habitado el país desde incluso antes de la etapa colonial, hasta el punto de estar ocupados laboralmente en una misma empresa (extranjera*)... en la que no son capaces de aportar un nuevo miembro a un puesto anunciado por el jefe (mzungu), por miedo a perder su propio trabajo si las virtudes del novato quedan demostradas superiores a las de los veteranos. 

Está "progresando" con un Nairobi que cada vez acoge a más personas, con barrios residenciales repartidos por toda la ciudad, (que además puedes visitar en tour turístico contratado, para conocer de cerca la vida de estos portadores de sueños, venidos a hacer fortuna a la capital): Kibera, Kawangware, Huruma...

Está "progresando" con la revalorización de bienes y servicios, especialmente para los que tenemos el mismo color que los billetes de 1000 chelines. Sospecho que los despachos de los grandes organismos públicos y quizá ciertas ONG´s tienen aparatos de rayos UVA que hacen perfeccionar aún más esta tonalidad. No sé por qué.


* No se conocen datos sobre la procedencia tribal de los trabajadores de una empresa keniana. El funcionamiento de contratación laboral de una empresa extranjera suele seguir los mismos protocolos que en el extranjero: CV y entrevista. Al mzungu de turno no le importa mucho la tribu de la que venga el trabajador local.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Ella es especial

Hay gente que merece la pena conocer.


Hay personas que te dejan descubrirlas poco a poco... como abrir pacientemente el envoltorio de un regalo... como disfrutar de un helado lametazo a lametazo...
Nunca fue más cierto el dicho aquel de "quien tiene un amigo... tiene un tesoro". No solo estás en mi cabeza hoy, sellito, ya esté en Madrid, Nairobi o Pernanbuco. Por muchos más años "on fire", como mínimo. Te amo.


jueves, 3 de abril de 2014

Mi viaje

¿Cómo estar tan seguros de quiénes somos si nunca nos expusimos al cambio? anónimo

Cambio. Creo que lo he experimentado en mi vida en bastantes ocasiones en los últimos meses, desde que empezó el año. Y puede que desde que terminase el anterior también. Acabo de cumplir primaveras en la ciudad donde dicen que esta estación es eterna, y llevo mascando este post hace ya varias semanas. Tenía ganas de echarlo todo.

Supongo que cuando cumplimos años es como si fuera Nochevieja y Año Nuevo en nuestra vida, y es más especial que cuando son en realidad estas fechas para todos en común; porque, de esta manera, no tienes que preocuparte de todos los acontecimientos que ha tenido el último año, acompañados de los tuyos propios y de los propósitos que te planeaste, escuchando (además) los del vecino... no. Vaya batiburrillo. Ésta es tu Nochevieja y tu Año Nuevo y los hechos que han ocurrido en el último año lo son solo para ti, querido protagonista de turno. A todos nos gusta ser el centro de atención, aunque sea de nosotros mismos. ¡Bendita simpleza humana!

En los últimos meses me he llevado decepciones de personas, de situaciones, de planes... y también he tenido momentos en los que la felicidad me ha invadido de forma improvisada. Lo que puedo afirmar con seguridad es que esto es un viaje, no me preguntéis a dónde... de verdad, olvidémonos de las metas, de los objetivos, de los logros... porque yo, simplemente, estoy caminando.

Desde que llegué a Nairobi hay mucha, muchísima, por no decir todos con los que intercambio palabras, que me preguntan qué haré, cuál será aquí mi ocupación laboral, si esta decisión me llevará a algún sitio... y sé que la mayoría se refieren al aspecto profesional. Incluso una chica que conocí el otro día me vaticinó que: "encontraría mi sitio". A esto es a lo que me refiero cuando hablo de logros y metas. Y, perdonadme todos, pero me dan alergia los últimos dos sustantivos.

He tenido rachas muy malas desde que terminé mis estudios, precisamente por estar pendiente de un objetivo final. Desesperación por encontrar algo en una carrera contrarreloj marcada por mi persona, trabajos que he considerado mediocres, inseguridad para conseguir ciertos logros estúpidos que un día me propuse o que otros propusieron para mí. Agobios, angustia y discusiones con gente, (a veces más, a veces menos), importante para mí.

Y, después de todo, te das cuenta de que nada tiene tanta importancia y que somos nosotros los encargados de dársela. Porque empezando a disfrutar de la seguridad de tener un buen trabajo en Madrid, en una editorial importante... decido dejarlo, casarme y largarme a vivir a Nairobi con mi marido. Simplemente hagamos lo que decía Kapuscinski que hace África: andemos.



martes, 11 de marzo de 2014

Las verdades sobre el 11M

"Los cínicos no sirven para este oficio". Ryszard Kapuscinski

Podría escribir sobre las vivencias que he tenido últimamente; algunas de ellas me han marcado tanto que creo que merecen mención en una entrada más adelante. Alegrías y decepciones aparte, hoy es 11 de marzo. 

(Hago un paréntesis para felicitar a mi amiga Elvira, que hace meses metió ovarios y coraje en su maleta, destino Inglaterra, pero no a buscarse la vida, sino con un buen trabajo y mejor dominio del idioma incorporados. Es una de estas personas de las que no te esperas cosas de éstas, sorprendiéndote gratamente. Tu cumpleaños me recuerda que los 11 de marzo también pueden pasar cosas bonitas.)

Hace 10 años y un día estaba en el último curso de bachillerato. Recuerdo que un día, el chico que se sentaba a mi lado se puso a hablar con las dos compañeras que teníamos delante... o quizá fue con los de atrás, sobre política. Mejor dicho, sobre nombres de políticos. Y, como suele pasarme en este tipo de ocasiones (flaqueza que no debería revelar, para no acabar quedándome en sujetador y bragas ante el/la que lea estas líneas) me puse nerviosa y empecé a preguntar más de la cuenta, dando la impresión de que no tenía ni pajolera idea de lo que estábamos debatiendo. Así que me pusieron, no recuerdo si desde mi propia conciencia, la tarea de escuchar la televisión y radio por las mañanas y leer algún periódico, por lo menos, por las tardes.

La mañana siguiente desayuné noticias. Atentado. Trenes. Madrid. ETA. Y suspenso en Matemáticas con el Nazi. La jefa de estudios nos mandó a casa y ese día fue ¿el mejor? para cumplir la tarea que me había(n) puesto el día anterior. No dejé de ver noticias como éstas durante todo el día:


Podría decir que todas estas mentiras de unos y demagogia de otros son las que me hicieron estudiar Periodismo meses después. Esta conclusión a modo aprendizaje extraído finiquitaría el post como la mejor guinda del pastel. Pero no, porque sería una mentira como una catedral; nunca fui de tener las cosas tan claras y de mente tan cuadriculada. Por aquel entonces quería escribir guiones y hacer películas. El Periodismo vino después... mucho después incluso de haber empezado a estudiar la carrera. 

El Periodismo vino con las primeras prácticas en una radio local, las segundas en un periódico universitario y las penúltimas en la TV más importante del país. Cuando una de las empleadas ya fijas me dijo que titulase una noticia con "la pandemia de la gripe A", ante la mirada atónita de todos los becarios. O con las últimas, cuando me dijeron que formulase una complicada pregunta a un objeto de noticia, que terminaría contestando con un simple "sí", para que mi jefa dijese victoriosa: "ahora titula como si este fulano hubiese dicho lo que tu le has preguntado"...

Periodismo. Noticias. Información... 10 años después.

martes, 18 de febrero de 2014

"La generación más preparada de la historia"

"(...) sin pensar que la Primavera y la carne acaban también". Rubén Darío.

Se preocupa de tomar el gintonic, que por algo está ahora tan de moda. Aunque, también, es capaz de sobrevivir a base de cerveza, eso sí, 2 o 3 veces por semana, para sentir cómo se le hinchan las venas de los ojos y cómo la timidez se despidió con la segunda ronda.

Le gusta vestir a la moda, comprarse zapatillas carísimas en páginas low cost de la web, para lucirlas delante de los amigos (¡a cualquier cosa ya le llamamos de eso!) de turno (nunca mejor dicho). Llevar las uñas coloreadas de azul, negro, verde flúor y rojo putón, que ahora vuelve a estar de moda, gracias a una serie de televisión. 

Jamás escucha la radio, porque los últimos capítulos de Homeland le roban todo el tiempo, transportándolo a un imaginario donde nada existe realmente.

No sabe los nombres de ninguno de los ministros y cuando le toca hablar de política se le llena la boca de tópicos, para terminar escupiendo un "¡qué asco!"; pero, eso sí, esta noche dormirá calentito, tras un vaso de leche caliente con galletas (que antes colgará en Instagram) y en sábanas que hace ya tiempo dejó de planchar.

Apoya todas las causas que hay que apoyar y, además, no te exagero si digo que alguna más, pero siempre detrás del click en Facebook y Twitter.

Lo importante de San Valentín es compartirlo con el resto del mundo, para fardar de novio, ramo o estupidez supeditada a la sociedad en la que vive.

Ve vídeos del Wyoming criticando la tragedia de Ceuta, para llevarlo a debate no más a allá de su grupo de íntimos.

Sabe que cobra poco, pero no se queja, porque detrás de él hay otros 100 expertos en calefacción culo-sillón, haciendo una cola donde no se suele preguntar: "¿quién es el último?".

Come sándwiches para almorzar y cenar, porque NO TIENE TIEMPO de aprender a rebozar el pescado en harina; de saber que los ingredientes que le faltan para el plato de la abuela tienen el mismo valor que un par de packs de pan de molde; de escuchar que hay legumbres con más calcio que la leche; de preguntarse de dónde viene cada loncha que hay en el envase del jamón y cada nombre raro que aparece en su etiqueta.

Se acuerda de cuando quería ser futbolista, de la época de Eminen y de cómo ellas bailaban al son de un grupo tan efímero como la juventud de la que te hablo.

Su mayor reto es (y se le llena la boca al decirlo) ser feliz, vivir bien. Una casa, una novia, además de un sin fin de NECESIDADES, ¡por supuesto, por supuesto!, NECESARIAS (...) y ser dueño de su futuro y de sus oportunidades, aunque sabe que éstas estarán condicionadas por el presente que le ha tocado vivir.

Y colorín colorado, este cuento ¿se ha acabado?

martes, 11 de febrero de 2014

Dios dirá



Se cansó. No de levantarse todas las mañanas para ir al trabajo, ni de acostarse cada día a las 23.00 horas para no tener ni una pizquita de sueño. No. No de comer todos los días en aquel comedor con aceite que lo único que conocía de la oliva era que ambos empezaban con vocal. No. No de la ropa que tenía entre las perchas del armario, pantalones apretados al culo y a cierta distancia del ombligo. No.


Se cansó de pensarlo. Se cansó de pensar. Se cansó de darle vueltas a madrugar, a la comida y a los pantalones... de los cojones. Y empezó a ¿vivir?



Empezó a levantarse cuando le daba la gana, a pasar el día pasando sueño o, por el contrario, descansada para tres días. Empezó a llevarse comida al trabajo, a celebrar la semana de la carne, vegana, y la de los huevos fritos; a pasar un día sin comer y otro a picar cada dos horas. 



Empezó a vestir pantalón ancho, falda, pantalón corto e, incluso, algún día se puso calzoncillos. Y nada debajo del abrigo.



Escribió durante tres meses seguidos; dejó el trabajo por otro y, después, de nuevo, por escribir. Y decidió no tener hijos y tirar por la borda decisiones tomadas. Pero, siempre, con calma. Y, luego, Dios dirá.

lunes, 20 de enero de 2014

Terapia

"Los dos mayores tiranos del mundo: la casualidad y el tiempo". Johann Herder (escritor)

A veces me pregunto cómo la gente ha llegado hasta su momento presente. La chica que hay al lado de mi mesa, se frota los ojos después de horas frente al ordenador, mientras suspira angustiada por las horas que faltan para salir. Es bastante bonita, sobre todo cuando no se echa nada de pintura y no se preocupa tanto por su aspecto ni por el qué dirán, especialmente masculino.

Se pone nerviosa con la llegada del vigilante, se despereza y vuelve en sí, atenta de todo cuanto ocurre a su alrededor. De vez en cuando, y siempre casi en susurro, tararea una canción, normalmente molesta para los que estamos al lado.

Igual que la persona que coincide en tu quehacer diario, a veces tu mente vaga hacia aquellas que, aunque no ves todo lo que quisieras, sueles referirte como "amigos" y de los que seguramente sabes menos que de la chica concurrente al otro lado de tu mesa. No generalicemos, ya que en toda norma (y, aquí, gracias a quien quieras dárselas) hay alguna excepción.

En estas estás, pensando en esa persona a la que hace tiempo que no ves, no porque haya hecho mucho tiempo que no te la encuentras, sino, porque cuando lo haces... no habéis tenido la oportunidad de veros del todo. Las prisas, las historias de todas las personas que estáis allí y la incomodidad de quedar a solas posibilitan esta incapacidad de terminar de "desnudarse".

Y en una de esas ocasiones, de las que no ha pasado tanto tiempo, aunque sí demasiado desde que fuisteis aquellas de encuentros mucho anteriores... te das cuenta de que ya no. Ya no eres capaz de ver a esa persona del todo como lo hacíais antaño. Ya no. 

Quizá tu entraste por la Puerta de Alcalá en El Retiro y ella entró por la que está junto al Museo Reina Sofía. Quizá tu entraste haciendo "footing" y ella simplemente paseando con una cámara de fotos. Quizá tu habías quedado y ella estaba de pasada. Aunque las dos puertas estén cerca, ya se sabe todo lo grande que es  El Retiro y la cantidad de puertas que tiene...