miércoles, 11 de abril de 2012

Dejando huella

"Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar". Antonio Machado



Es tan sencillo como ponerte una manoletina en el pie izquierdo. Pero la izquierda. Quizá por ello tiene su complicación. ¿Alguna vez has caminado a orillas del río Duero, a los pies de Soria, hacia la ermita de San Saturio? Yo solamente una vez, pero creo que te gustaría. No es fácil andar con la manoletina puesta en el pie que no le corresponde, aunque por sus ansias de irse a jugar, a un niño le de igual. Cogí las manoletinas y las tiré muy lejos. Y me descalcé y me eché a correr.


Pero ahí no acaba todo. Porque luego tienes que volver a ponértelas para ir a casa. Y lo haces. No es tan díficil. Todo está en tu cabeza. Simplemente tres pasos: las coges del suelo, las pones en el pie correcto y echas a andar. Tres pasos, ¿serás capaz?







Cuanto mayor me hago, más miedo me doy. "Creo que me estoy conociendo mucho a mí mismo, ando mucho, muchísimo...y voy siempre conmigo mismo". "Quiérete".





"Nada me sorprende ya", "¡venga ya!". Cuánto me equivocaba. 

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